Añadimos el azúcar a la olla, junto con el agua. Removemos para que el azúcar quede bien empapado con el agua.
Ponemos la olla a fuego medio alto. Veréis como el azúcar ira evoluciona, de solido, a liquido opaco, transformándose en un sirope transparente y, finalmente, empezará a coger color.
Cuando el caramelo adquiera un color ámbar apagamos el fuego y añadimos la nata. Esta burbujeará, así que mucho cuidado de no quemarnos. Tan pronto la hayamos añadido, empezaremos a mezclar de forma constante.
Seguidamente, añadiremos la mantequilla. Si os quedará algún trozo de caramelo cristalizado, como me paso a mi - no sabéis lo complicado que puede ser cocinar y grabar a la vez - a para deshacerlo, solo hace falta poner el caramelo a fuego medio e ir removiendo.
Para la nata montada
Aprovechando que ya tenemos la salsa de caramelo lista, a mi me gusta llevar este frappuccino al siguiente nivel, endulzando la nata con salsa de caramelo.
Para ello, solo hace falta añadir la nata en un recipiente junto con el caramelo y a batir hasta conseguir picos duros.
A por el Frappuccino
Preparamos el "Coffe Roast". Para ello, mezclamos el café instantáneo con 1/2 cucharadita de agua.
Seguidamente, preparamos la base del frappuccino, mezclando 1/4 de cucharadita de goma xantana con 1 cucharada de agua. Si os quedan grumos, no os preocupéis.
Añadimos a una batidora de vaso el preparado de frappuccino y el café a la batidora, junto con la leche, el hielo y la salsa de caramelo.
Batimos.
Servimos en un vaso, acompañado de la nata montada y, opcionalmente, podemos añadirle un poco más de caramelo por encima.