La noche anterior, ponemos las judías azuki en remojo.
A la mañana siguiente, descartamos el agua y enjuagamos las judías.
En una olla vertemos los adzuki y añadimos agua hasta cubrirlos.
Ponemos la olla a calentar a fuego alto. Tan pronto el agua rompa a hervir, tapamos y apagamos el fuego. Los dejaremos reposar 5 minutos.
Pasado ese tiempo colamos los azuki. Los vertemos de nuevo en la olla y le añadimos agua, una vez más, hasta cubrirlos.
Ponemos la olla a calentar a fuego alto y tan pronto rompa a hervir bajamos el fuego y lo mantenemos con un suave hervor durante 1 hora. El agua se irá evaporando así que es muy importante ir añadiéndole más.
Pasada una hora, chequeamos las judías. (Ver nota)
Sabréis que están listas para el proximo paso cuando al coger una judía entre dos palillos o dos dedos, este se aplaste de forma fácil.
Llegados a este punto, subimos el fuego una vez más. Añadimos una pizca de sal y, sin parar de remover, añadimos el azúcar.
El anko al estilo tsubuan estará listo cuando este se espese y podáis ver el fondo de la olla durante un par de segundos.
Una vez listo, vertemos el tsubuan en un plato y dejamos que se enfríe - sobre todo no lo dejéis en la olla.
Para transformarlo al estilo koshian, solo hace falta pasarlo por un colador. Este paso nos permite conseguir la textura suave y homogénea del koshian.